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Salvador Espriu |
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Vicent Andrés Estellés |
Hasta ahora, en los debates que nos traemos y llevamos algunos amigos y amigas
en el facebook, subyace el principio discursivo (eso creo) de que “es posible
razonar”, es decir flexibilizar las posiciones, buscar complicidades, aceptar
el parecer del otro y tratar de empatizar con él aunque subsista la
discrepancia. Y los temas no son demasiado abundantes: política, religión… y
religión y política... que se despliegan en concreciones sociales, nacionales,
lingüísticas, literarias, ecológicas, laborales, sanitarias, educativas… Qué sé
yo, de todo un poco. Sin embargo hay un asunto que empieza a cuestionar el
propio principio que permite la discusión. Ante la propuesta política de
secesión de Cataluña he empezado a notar que el lecho duro de ese principio (es
posible razonar) empieza a hundirse hasta un estrato más elemental, más
agresivo y seco, más duro, más (valga la pedantería) “schmittiano”: “tú de qué
lado estás”. Creo que, poco a poco, el verso “plural” de Espriu (“diversos són
els homes i diverses les parles”) cede ante el verso unanimizador (si existe el
palabro) de Andrés Estellés: “asumiràs la veu d’un poble”. Ante la realidad
incuestionable del “pueblo” (español, catalán…) de nada sirve apelar a
entidades abstractas como el estado, la legalidad, la ciudadanía o el derecho
positivo. Todo esto disgrega (seguimos con Schmitt); son silogismos, ganas de embrollarse
en la retórica, frente a la certeza pétrea de la comunidad productora de
derecho (sujeto en sí misma de derecho) que constituye la ligazón comunitaria
del “pueblo”. No lo niego: esta situación me da miedo. Miedo porque considero
(ojalá me equivoque) que a Julián Marías no le falta razón cuando dice (en
“Consideración de Cataluña”) “…nada me merece más respeto que la realidad, y
hay que hacer constar un ‘hecho”: que España siente definitiva e irreversible
su realidad actual […] e interpretaría como desgarramiento y mutilación
cualquier alteración de ella, a la cual respondería, y hasta las últimas
consecuencias, como un organismo animal lleno de vitalidad a quien se intenta
arrancar un miembro o una víscera.” Pues bien, creo que la posibilidad del
enfrentamiento civil es una “realidad” que hay que respetar (y si es posible
conjurar), un “hecho” que ha de estar presente en nuestros razonamientos. Y
cuando hablo de enfrentamiento civil no me refiero a un “unánime” pueblo
catalán frente a un “unánime” pueblo español; me refiero a un terrorífico
mosaico a la yugoslava en el propio territorio de Cataluña en el que a la
pregunta simplificadora “¿tú de qué lado estás?” sólo puede seguir la
afirmación “uno de los dos lados sobra”. Quiera Dios que me equivoque.
1 comentari:
Ja era hora Jesus. M'alegra molt vore que tornes.
Ver "Mario Vargas Llosa: "Detesto toda forma de nacionalismo, ideología --o, más bien, religión--"" en YouTube - https://www.youtube.com/watch?v=BEQACZNgDpE&feature=youtube_gdata_player
El gran Vargas Llosa parla amb claredat.
Llorenc.
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